jueves, 26 de marzo de 2009

Psicosis idealista

Hoy quiero irme a Uqbar.
Tlon me quedó chico.

Entifico la nada porque quiero

Un día imaginé una nada, pero estaba muy vacía para ser comprendida, por lo que supuse que era algo. Algo vacío.

Después de todo, creo que solo imaginé una mente en blanco (con marco de cobre y brillitos por doquier).

miércoles, 25 de marzo de 2009

Los incomprendidos de siempre

Y la historia la hacen las mayorías (que gozan del conocimiento del idioma menos agramatical y no sufrieron las suertes de la evolución). Y las minorías, son tildadas de elitistas (y hasta de una vasta y curiosa gama de "anti's"), locas en el mejor de los casos. Exóticas en el peor. Poco viriles en alguno inclasificable (y poco probable).

No. En esta entrada no voy a hablar de las bondades del paréntesis y su finalidad lúdica (Los paréntesis son lo más, y se acabó), más allá del uso exhaustivo de ellos, que es modismo pero linda con el desorden psicótico gramatical. (Tal vez) Hablo de algún montón de cosas sin sentido, pero me enfoco justamente en las minorías, y en su contrapartida y re-contrallegada, las mayorías, que en esta historia jugarían el importante papel del hipócrita y verborrágico de turno (Y no hablo de mi). Porque a pesar de las esporádicas manifestaciones de aprecio a estos personajes que perdieron, el triunfalismo les cabó una fosa, borroneó con bronca y tinta azul sus párrafos que eran y enseñaban.

En Hamlet hay mucha tela para cortar, y muchas piezas cerebrales que desmembrar. El mismo protagonista, que ve gente muerta, sufre tal vez de megalomanía y habla de suicidios e intransigencias precoces, es un gran incomprendido. Si no es El incomprendido. El príncipe Hamlet presenta una fachada grotesca, desentendida y oscura, porque Claudio y toda la estirpe de mitómanos compulsivos consumieron todos los haces luminosos que podían refrescarlo con ese fulgor frío y cálido a la vez. Pero esa oscuridad primeriza y fundamental, lo hace desembarcar en otra luminosidad pura y más nueva. La de la locura. Porque la locura es la verdadera lucidez en la sociedad. Y la locura es incomprensión, y es también ver más allá de los muros. Si. Gracias. También estoy loco. Hamlet alcanza el nirvana mental, que es la corrupción de su entramado artificial, para la incorporación de otro más nuevo que goza de partes más finas y justas. La locura de Hamlet es divina. La locura es divina. Con ella, su pensamiento se ilumina (y más allá del engullimiento de algún comestible en mal estado) y alcanza la nueva cosmovisión. Ya los desequilibrios del macrocosmos no lo afectan, porque su entorno cultural no lo afecta.

Y tal vez la mayor estafa a la cordura se da en Ofelia. Es el personaje femenino más tierno, regresivo y lúcido (y floricultor también) de la literatura universal. Ofelia alcanza este nirvana inmaculado tras la muerte de su padre (aquel sátiro, aquella esponja obsesa) y el desengaño amoroso con Hamlet. Ofelia se desvela en un estado de pulcritud y perfección. Y es también ese estado el que le vale la muerte (¿El suicidio?).

La madre Rusia engendra siglos más tarde a Raskolnikov. "Crimen y Castigo", más allá de ser la novela de mayor vuelo psicológico (o una de ellas), de tratar tópicos sociales que se engendran en las mentes más pueriles, más intensas y más interesantes (pero también más comunes), y problemas filosóficos existenciales, presenta el choque nuevo y distinto del mandato divino, del objetivo trascendente contra la trama social predefinida, las reglas morales y jurídicas, lo meramente artificial. No importa que el antecedente más antecesor de Nietszche se vea impulsado por ideales (correcto o incorrecto, no viene al caso) superiores (¿ciertos o no? Quién sabe), la sociedad más ordinaria, más común se ve dispuesto a detenerlo. Ni los entes, ni el demiurgo que con su máquina estrambótica controla el principio de razón suficiente al ritmo de una sirena pueden salvar a este personaje que hacia el final de la novela se encuentra incómodo en su piel. Raskolnikov está loco, si. O no es muy normal.

Y el emblema de la locura universal, el paradigma de la defensa de los débiles. Don quijote de la mancha, Alfonso Quijana, si señor. No hace falta aclarar que su locura era clínica. Sus ideales nobles, más allá de cualquier trasfondo ideológico. Incomprendido de siempre. Denostado al cien por ciento, alimentó las arcas del INDEX, sin lugar a dudas. Alfonso Quijana es un luchador, al costado de aquel camino de la vida, absorto en sus cavilaciones mentales, esa mente que era realidad, al mejor estilo Kantiano. Ese tambaleo entre lo real y lo virtual.

Y es emblema. Y es dogma. Porque a veces, es posible luchar contra molinos de viento. Y tal vez comprender que estos personajes noe xistieron en realidad.

Argumento Ornitorrincológico

Los fervientes dueños de la Industria de la fe (comandados por Santa Claus y Mr. McChicken, gestor de la teoría del repollo y la cigueñofilia) se reunieron en Praga para desatar una nueva revolución hormona-primaveral del pensamiento, resumiendo la existencia de dios en algunos puntos:

El señor K tiene el cerebro desmielizado de un delfín.
No hay nada contra los delfines, tenemos un amigo delfín.
El amor existe.
Dios es amor.
Ergo, Dios existe y all you need is love.

Ipso Facto.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Miradas alternas

Levanté mi mirada para impregnarme de lo familiar. La sangre se agolpaba en mi cabeza, y una jaqueca inaudita incineraba mis pensamientos con desapego. Una jaqueca que era don. Una jaqueca que era verdugo divino. Lo áspero de las superficies ancestrales, envolvía mis pies apresuradamente en una danza siniestra. Allá arriba que era abajo. Arriba, cuando mis pupilas alzaron vuelo, caí en el frenesí de aquellos que atravesaban las aceras con disimulo y haciendo caso omiso de mi presencia. Los molestaba. Un torbellino arremolinado venía de algún lugar que no distinguía, y se deshacía en manchas difusas, confundido entre el oleaje de las damas nubosas. En un hilo filoso, llegaba en forma de ventisca y acariciaba mis mejillas. Me lastimaba. Se hallaba en una cercanía distante, y no podía evitar inmiscuirme en su juego de placer, ser persecuta de sus movimientos ágiles y rezagados. Una mujer de ojos transparentes pareció observarme, pero inmediatamente me propuso una muerte que era suicidio. Me obsequió un final bello, pero que evité porque el mío ya había sido escrito. Un grupo de entes inamovibles me señalaban con sus garras humanas. El poderoso se acercó hacia mi. Estaba vestido de supuestos crímenes. Su bastón colisionaba con las imperfecciones de mi suelo, y allí nacieron los engendros. "Esto no es lo que quería", pensé, y lo recité en mi mente, al son de una melodía que todos habían olvidado, o que nunca habían escuchado en la realidad real. El poderoso besó mis labios y me infundió miedo. El torbellino seguía provocando mis emociones, y ahora se lanzaba con aquel fulgor frío. Él leía mis pensamientos y esclavizaba mis movimientos. Sus ojos me indicaron el lugar. Un aconglomerado de ancianos con ojos nonatos cantaban una canción que era mía. Me acerqué mi proesguí su círculo.


Las montañas se movían en son de la danza de mis labios. El terreno opaco me acogió con dulzura. Immanuel me sonrió con complicidad.

La sonrisa era de él. La sonrisa era del poderoso. Observó al gentío que se desvanecía en nuevos campos de hierbas espesas. "Así fue con todos. Así fue conmigo".

viernes, 2 de enero de 2009

Preludio

Cuando el vittel tonné comienza a variar de tonalidades, y producir un aroma que me sugiere cierta sensibilidad, noto que empecé un año nuevo. Hallmark ha cambiado su logotipo, ideado por una mente que no distingue entre Warhol y Dalí, he terminado mi primer libro en el año. No, la tardanza en dar cuenta de este hecho fortuito, no es (enteramente) fruto de mi escasa atención y apego a este mundo (Y mi prolongada estadía en aquella nube de nombre exótico). Simplemente cuando intenté establecer conversación con aquel Jarcarandá, y verifiqué que se encontraba lerdo (por no decir imposibilitado) de darme una respuesta, también me di cuenta que todo seguía igual. Mi gato se colocó en la misma pose que aquel árbol, y calló. Ni hablar de los escasos intentos con mi mano. Y cuando el mito aquel que mi subconciente creaba, en el que un superhéroe (dudosamente sobrio) atacaba al stress y lo lanzaba por un acantilado, se ve enfrentado con la realidad creo que no queda nada en que creer. Aunque supongo que mi subconciente seguirá creyendo en ello, como en Zeus. Si, creo eso. Lo que es la hecatombe.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Anotaciones especiales. BackUp mental.

1- Todos los gatos sufren de una neurosis obsesiva compulsiva respecto de su limpieza corporal. Debe ser la causa de su mítico odio al agua. No se porque, pero debe serlo.

2- Pitágoras es lo más. No más que Aristóteles, pero si respecto de Thales. Así mismo, Aristóteles es menos que Thales, por lo que Thales no podría estar abajo de Pitágoras en este ranking libidinoso y obsoleto. Supongo que estas son las premisas que construyen la cual sería, la verdad final: "La verdad no existe", con frases extensamente cartesianas y una falsa modestia incipiente. De modo que acabo de decirlo, ya nada vale. No se como terminará esta entrada.

3- Bhaskara es lo menos.

4- La música murió en la década de los '90.

5- Brego por la libertad de expresión, pero un mínimo estudio de la historia argentina, me demostró que de la mano de la misma, arribamos al vacío. Seguiré bregando, aún así, por ella, porque soy el cénit de la contradicción, y el vacío me está presentando insinuaciones sexualmente ambiguas que me atraen.

6- Espero que la los viajes en el tiempo y la invisibilidad no se logren en ningún futuro (¿Lo hay?) cercano. La ciencia ficción se deprimiría, al menos bríndele un tiempo considerable para que establezca lazos estrechos con la literatura de divulgación científica.

7- Obama es Michael Jackson por antonomasia. Además baila muy bien.

8- Las arvejas no son comida.

9- Si algún mequetrefe espía tus intimidades intrínsecas, y te ofrece guardarlas, no creas su promesa. Las verá. De cualquier otra forma, lo hará también. (Confrontar con WC). A la sombra del mérito, crece la envidia.

10- Borges no era argentino. O fue un par cromosómico mal cruzado. Como sea, su alma fue apresada en las calles lujuriosas, ardientes de aquel smoke matutino. Pediría una extraditación.

11- No escribas respecto a las olas. Terminarán asesinándote.

12- Nunca entenderé el arte conceptual. Demasiados conceptos, una simbología perenne que resucita esporádicamente, cargada de aquel espíritu medieval. Supongo que en su recoveco más oscuro, acuñan un significado. Es como E=mc2, o inentendible como la predestinación de saberes existencialmente inútiles en los sueños. Simularé que me agrada, ínfimamente. Nunca se sabe cuando me atrapará una bocanada de significación, o lo que puede pensar el de al lado.

13- Las fotografías son el antecedente de los viajes en el tiempo.

14- No hay forma alguna de detener al hipo.

15- Verdad final, cuasi-apocalíptica. (Enviarla al correo electrónico).